Dolor de espalda
- publicado por Lucía Hernández Stender
- Categorías Blog, Dolor
- Fecha 15 mayo 2020
Seguramente, en algún momento de tu vida, has sentido dolor en la espalda. Sin duda es una sensación desagradable y bastante molesta, que llega a dificultar el desarrollo normal de nuestras actividades diarias.

¿Te sientes identificado? Pues no te puedes perder este post.
La columna vertebral
La columna vertebral está dividida en 3 regiones: cervical, dorsal y lumbar, más el hueso sacro. La región cervical está formada por 7 vértebras, la dorsal por 12 vértebras y costillas, y la lumbar por 5 vértebras. El hueso sacro se sitúa al final de la columna, y está formado por la fusión de 5 vértebras.
Todo el conjunto de la columna compone una serie de curvas cóncavas y convexas. En la zona cervical y lumbar la curvatura, las curvaturas son cóncavas y se denomina lordosis. En la zona dorsal, es convexa y se denomina cifosis. Sin embargo, habrá personas en las que las curvaturas sean casi inexistentes.
La columna cumple una doble función. Por una parte, asegura la movilidad del tronco. Por otra, aloja y protege a la médula espinal.
Las vértebras tienen como función el soporte corporal, además de la protección de la médula espinal y los nervios periféricos. Las vértebras se encuentran unidas por una serie de ligamentos, una especie de “gomas elásticas”. Algunos de ellos son continuos y unen todas las vértebras desde el cráneo hasta el sacro, otros unen cada vértebra con la siguiente.
Entre una vértebra y otra se sitúa el disco intervertebral. El disco constituye un elemento amortiguador en la columna. Está formado por un núcleo pulposo, en su interior, y un anillo fibroso externo.
Como recubrimiento externo de la columna vertebral, se encuentra la musculatura. Los músculos se encargan de asegurar el movimiento de la cabeza sobre el cuello y el movimiento del tronco, además de erguir la columna y mantener el alineamiento de las vértebras. Los músculos de la espalda se insertan en gran cantidad de huesos: en las vértebras, las costillas, el cráneo, la escápula, la pelvis, el húmero y el fémur.

Dolor de espalda
Cuando alguna de las estructuras anteriores se ven comprometidas, por aparición de inflamación, por traumatismos, por alteraciones de la movilidad y alineación, o por degeneración, en nuestro organismo salta la alerta de un posible daño al que debemos atender. Esta alerta se muestra en forma de dolor, normalmente localizado en la zona lesionada.
Los dolores más comunes suelen ser el de las regiones cervical y lumbar, y se suelen relacionar con espasmo y sobrecarga muscular, y con la degeneración de la articulación vertebral.
Sin embargo, debemos tener en cuenta que el dolor en la espalda puede estar relacionado con otras causas, por lo que siempre es necesaria una correcta evaluación para diagnosticar la causa del dolor.
¿Cómo prevenir el dolor de espalda?
El dolor de espalda, a causa de alteraciones mecánicas y de la postura, suele ser muy común. Pero, afortunadamente, se pueden tomar medidas muy sencillas en nuestro día a día para prevenirlos. Te contamos algunas a continuación:
- Ergonomía en nuestro entorno de trabajo y domicilio. El diseño adecuado de nuestros puestos de trabajo y la organización de nuestro hogar, nos ayudarán a evitar sobreesfuerzos y posturas inadecuadas que, a largo plazo, desencadenan alteraciones musculares, posturales y de la movilidad articular.
- Mantener una buena higiene postural. Saber qué posiciones y posturas son las más adecuadas, para la realización de nuestras actividades diarias, nos ayudará a utilizar adecuadamente nuestras articulaciones y músculos, evitando sobrecargas y lesiones.
- Almohadas y colchones. El descanso es fundamental, debemos asegurar que nuestra almohada y colchón sean cómodos, pero que mantengan una correcta alineación de nuestra columna, ya que pasaremos un número considerable de horas acostados sobre ellos. Se aconseja que el colchón no sea tan blando como para hundirnos en él, ni tan duro como para que estemos sobre una tabla. Respecto a la almohada, hay muchas opiniones. La mía, como profesional, es que sea cómoda pero que permita que apoyemos el cuello en ella, no solo la cabeza. El material dependerá de nuestro gusto. Recordemos que los extremos no son buenos.
- Evitar posturas forzadas y/o posturas mantenidas durante tiempo prolongado. Sobre todo para aquellos que trabajan sentados o deben mantener posturas forzadas de rodillas o agachados, se aconseja cambiar de posición cada hora y moverse.
- Evitar sobreesfuerzos. Los pesos excesivos, tanto en nuestra vida laboral como personal, suelen ser un detonante de sobrecarga muscular, inflamación y dolor. Recuerda repartir el peso y transportarlo de la forma adecuada.
- Ejercitar nuestro cuerpo. El mantener la musculatura de nuestra espalda fuerte nos ayudará a conseguir un mejor alineamiento corporal y mejor movilidad articular.
Cuida de tu espalda. Te lo agradecerá.
#Saluteca
Imágenes: JComp y Frank H. Netter
Directora de Operaciones de SALUTECA.
Doctora en Ciencias de la Salud. Fisioterapeuta, profesora e investigadora. Máster en Neurocontrol Motor. Docente en la Universidad Europea de Canarias.
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