¿Qué es la anemia?
La anemia es una afección que se caracteriza por carecer de suficientes glóbulos rojos para transportar un nivel adecuado de oxígeno a los diferentes tejidos del cuerpo.
Existen diversos tipos de anemia según la causa o causas que la produzcan. Puede ser de corta duración o prolongarse en el tiempo, y puede variar de leve a grave, de modo que es muy importante que si tienes dudas sobre si la padeces, consultes con tu médico. En algunas ocasiones se puede tratar de una señal de advertencia ante una enfermedad grave.
¿Cuáles son las causas de la anemia?
La anemia puede deberse a una afección presente desde el nacimiento (congénita) o a una afección que se desarrolla en alguna otra etapa de nuestra vida (adquirida).
Puede ser causada por:
- Una producción insuficiente de glóbulos rojos
- Destrucción de glóbulos rojos
- Un sangrado descontrolado hace que se pierdan glóbulos rojos más rápidamente de lo que pueden ser reemplazados
¿Qué función tienen los glóbulos rojos?
El cuerpo humano produce tres tipos de glóbulos: los glóbulos blancos, que combaten las infecciones, las plaquetas que ayudan a que la sangre coagule y los glóbulos rojos, que transportan oxígeno desde los pulmones al resto del cuerpo y dióxido de carbono desde diferentes puntos del cuerpo de vuelta a los pulmones.
Los glóbulos rojos contienen hemoglobina, una proteína rica en hierro que les da el color rojo. La hemoglobina permite que los glóbulos rojos transporten el oxígeno y el dióxido de carbono.
La mayoría de las células sanguíneas, se producen regularmente en la médula ósea, un material esponjoso que se encuentra dentro de las cavidades de los huesos grandes. Para producir hemoglobina y glóbulos rojos, el cuerpo necesita hierro, vitamina B12, folato y otros nutrientes de los alimentos que consumimos.
La médula ósea produce más de 200 mil millones de células sanguíneas nuevas cada día, incluidos glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas.
Tipos de anemia según su causa
Los tipos de anemia pueden clasificarse según sus causas:
- Anemia por deficiencia de hierro: este es el tipo más común de anemia y es causado por la escasez de hierro en el cuerpo. La médula ósea necesita hierro para producir hemoglobina pero, sin el hierro adecuado, el cuerpo no puede producir suficiente hemoglobina para los glóbulos rojos.
- Anemia por deficiencia de vitaminas (o anemia perniciosa): además del hierro, el cuerpo necesita folato y vitamina B12 para producir suficientes glóbulos rojos sanos. Una dieta baja en estos y otros nutrientes clave puede causar una disminución en la producción de glóbulos rojos. También debemos tener en cuenta que algunas personas no son capaces de absorber la vitamina.
- Anemia por inflamación: algunas enfermedades como el cáncer, el SIDA, la artritis reumatoide, la enfermedad renal, la enfermedad de Crohn y otras enfermedades inflamatorias agudas o crónicas pueden interferir en la producción de glóbulos rojos.
- Anemia aplásica: es un tipo poco frecuente y potencialmente mortal. Las causas de la anemia aplásica incluyen infecciones, ciertos medicamentos, enfermedades autoinmunitarias y exposición a sustancias químicas tóxicas.
- Anemias asociadas con la enfermedad de la médula ósea: varias enfermedades, como la leucemia y la mielofibrosis, pueden causar anemia al afectar la producción de sangre en la médula ósea.
- Anemias hemolíticas: ciertas enfermedades de la sangre aumentan la destrucción de los glóbulos rojos. Se desarrollan cuando los glóbulos rojos se destruyen más rápido de lo que la médula ósea puede reemplazarlos.
- Anemia de células falciformes: esta afección hereditaria y, en ocasiones grave, es un tipo de anemia hemolítica. A causa de un tipo de hemoglobina defectuosa, los glóbulos rojos adoptan una forma anormal de media luna. Estas células sanguíneas irregulares mueren prematuramente y generan una escasez crónica de glóbulos rojos.
¿Cuáles son los síntomas de la anemia?
Los signos y síntomas de la anemia pueden variar según su causa y la gravedad de la misma. Además, dependiendo de su causa, puede que no se presenten síntomas.
Algunos de los síntomas pueden ser:
- Fatiga
- Debilidad
- Piel pálida o amarillenta
- Latidos del corazón irregulares
- Dificultad para respirar
- Mareos o aturdimiento
- Dolor en el pecho
- Manos y pies fríos
- Dolor de cabeza
Factores de riesgo
Estos factores exponen a un mayor riesgo de padecer anemia:
- Dieta que carece de ciertas vitaminas y minerales: una dieta baja en hierro, vitamina B12, folato y cobre incrementa el riesgo de tener anemia.
- Trastornos intestinales: los trastornos intestinales afectan a la absorción de nutrientes en el intestino delgado, como la enfermedad de Crohn y la enfermedad celíaca.
- Menstruación: la menstruación causa la pérdida de glóbulos rojos y, por tanto, aumenta el riesgo de padecer anemia.
- Embarazo: el embarazo y los diferentes cambio que se producen durante el mismo pueden aumentar el riesgo de desarrollar anemia.
- Afecciones crónicas: las enfermedades y afecciones crónicas, y algunas úlceras pueden hacer que aumente la pérdida de glóbulos rojos.
- Antecedentes familiares: es muy importante que si tienes antecedentes familiares con algún tipo de anemia, acudas a tu médico para que mantenga un seguimiento de tu caso, y que paute un tratamiento adecuado si es necesario.
- Otros factores. los antecedentes de ciertas infecciones, enfermedades de la sangre y trastornos autoinmunitarios aumentan el riesgo de padecer anemia. El alcoholismo, la exposición a sustancias químicas tóxicas y el uso de algunos medicamentos pueden afectar a la producción de glóbulos rojos y derivar en anemia.
Diagnóstico
Para diagnosticar la anemia, se tendrán en cuenta los antecedentes médicos y familiares, y se realizarán algunas pruebas:
- Hemograma completo: sirve ara contabilizar el número de células sanguíneas en una muestra de sangre. En el caso de la anemia, es importante conocer los niveles de glóbulos rojos (hematocrito) y hemoglobina en la sangre.
Los valores normales de hematocrito en adultos varían según la práctica médica, pero generalmente se encuentran entre el 38,3 % y 48,6 % en el caso de los hombres y entre el 35 % y 45 % en el caso de las mujeres. Los valores normales de hemoglobina en adultos son generalmente de 13,6 a 16,9 gramos por decilitro para los hombres y de 11,9 a 14,8 gramos por decilitro para las mujeres.
- Examen para determinar el tamaño y la forma de los glóbulos rojos: pueden analizarse el color, forma y tamaño de los glóbulos rojos.
Pruebas de diagnóstico adicionales
En algunas ocasiones se deben solicitar otros exámenes para determinar la causa, como por ejemplo, estudiar una muestra de la médula ósea para diagnosticar la anemia.
Complicaciones
Si la anemia no se trata, puede traer como consecuencia algunas complicaciones:
- Fatiga: la anemia grave puede que el cansancio acumulado se cronifique y se convierta en fatiga.
- Complicaciones durante el embarazo: las mujeres embarazadas que tienen anemia por deficiencia de folato pueden tener más probabilidades de sufrir complicaciones como, por ejemplo, un parto prematuro.
- Problemas cardíacos: la anemia puede derivar en un pulso irregular (arritmia). El corazón bombea más cantidad de sangre para compensar su falta de oxígeno. Esto puede acabar produciendo una insuficiencia cardíaca.
- Fallecimiento: algunas anemias hereditarias, como la anemia de células falciformes, pueden provocar complicaciones que ponen en riesgo la vida.
Cómo prevenir la anemia
No todos los tipos de anemia se pueden prevenir, pero sí podemos evitar la anemia por deficiencia de hierro y las anemias por deficiencia de vitaminas consumiendo una dieta equilibrada que incluya una variedad de vitaminas y minerales, sobre todo:
- Hierro: algunos alimentos ricos en hierro son: la carne, legumbres, cereales, verduras de hoja verde y frutas secas.
- Folato: este nutriente y su forma sintética de ácido fólico, se pueden encontrar en frutas, verduras de hojas verdes oscuras, cacahuetes, cereales, pasta y arroz.
- Vitamina B12: los alimentos ricos en vitamina B12 son: la carne, los productos lácteos, cereales y soja.
- Vitamina C: los alimentos ricos en vitamina C incluyen frutas, pimientos, brócoli, tomates. Estos alimentos también ayudan a aumentar la absorción de hierro.
Tratamiento de la anemia
El tratamiento de la anemia depende de la causa que la produzca:
- Deficiencia de hierro: el tratamiento para esta forma de anemia generalmente implica tomar suplementos de hierro y ajustar la alimentación.
- Deficiencia de vitaminas: el tratamiento para la deficiencia de ácido fólico y vitamina C incluye suplementos dietéticos y el aumento de estos nutrientes en la dieta. Si el sistema digestivo tiene problemas para absorber la vitamina B12 de los alimentos que se consumen, es posible que se necesiten inyecciones de vitamina B12.
- Enfermedad crónica: no existe un tratamiento específico para este tipo de anemia pero los médicos se centran en el tratamiento de la enfermedad subyacente. Si los síntomas se vuelven graves puede ser necesaria una transfusión de sangre.
- Anemia aplásica o asociadas a enfermedad de la médula ósea: el tratamiento para esta anemia puede incluir transfusiones de sangre para aumentar los niveles de glóbulos rojos. Podría ser necesario un trasplante de médula ósea.
- Células falciformes: el tratamiento puede incluir oxígeno, analgésicos y líquidos orales e intravenosos para reducir el dolor y prevenir complicaciones. Los médicos también podrían recomendar transfusiones de sangre, suplementos de ácido fólico y antibióticos.
Como te hemos explicado, son varias las causas que pueden producir la aparición de la anemia, por lo que es muy importante que acudas a tu médico en caso de tener alguno/s de los síntomas más comunes.
#Saluteca