¿Sabes cuáles son los síntomas de la deshidratación?
La deshidratación es una afección producida por la pérdida de demasiado líquido de nuestro cuerpo, es decir, cuando se pierde más líquido del que se ingiere y el cuerpo no tiene suficientes líquidos para realizar sus funciones con normalidad.
¿Cuáles son las causas de la deshidratación?
Algunas de las causas por las que podríamos deshidratarnos son:
- Diarrea.
- Vómitos.
- Sudar en exceso.
- Orinar demasiado (por ciertos medicamentos y enfermedades).
- La fiebre.
- No beber suficientes líquidos.
- Las altas temperaturas o algunos climas extremos, que además pueden producir el golpe de calor.
¿Quiénes tienen más riesgo de deshidratarse?
Estos son los colectivos que tienen mayor riesgo de deshidratación:
- Adultos mayores: algunas personas pierden la sensación de sed a medida que envejecen, por lo que no toman suficientes líquidos.
- Bebés y niños pequeños: tienen más probabilidades de tener diarrea o vómitos.
- Las personas con enfermedades crónicas que les hagan orinar o sudar con más frecuencia: como la diabetes, fibrosis quística o problemas renales.
- Personas que toman medicamentos que les hacen orinar o sudar más de lo normal.
- Aquellas personas que hacen ejercicio o trabajan al aire libre cuando hace calor.
¿Cuáles son los síntomas de la deshidratación?
En los adultos, los síntomas de deshidratación incluyen:
- Tener mucha sed.
- Boca seca.
- Orinar y sudar menos de lo habitual.
- Orina de color oscuro.
- Piel seca.
- Sensación de cansancio.
- Mareos.
En bebés y niños pequeños, los síntomas de la deshidratación incluyen:
- Sequedad de boca y lengua.
- Llorar sin lágrimas.
- No orinar con frecuencia.
- Fiebre alta.
- Tener sueño o somnolencia inusual.
- Irritabilidad.
- Ojos que parecen hundidos.
La deshidratación puede ser leve o lo suficientemente grave como para poner en peligro la vida. Es importante acudir al médico si aparecen otros síntomas como:
- Confusión.
- Desmayos.
- Falta de micción.
- Frecuencia cardíaca alta.
- Respiración rápida.
- Shock.
¿Cómo se diagnostica?
Para hacer el diagnóstico, el profesional sanitario realizará diferentes pruebas como:
- Un examen físico.
- Revisar tus signos vitales.
- Preguntar por tus síntomas.
También puede solicitar:
- Exámenes de sangre para verificar los niveles de electrolitos, especialmente potasio y sodio. Los electrolitos son minerales que tienen muchas funciones importantes, como ayudar a mantener un equilibrio de líquidos en el cuerpo.
- Analítica sanguínea para valorar la función renal.
- Pruebas de orina para detectar una posible deshidratación y su causa.
¿Cómo se trata?
El tratamiento para la deshidratación consiste en reemplazar los líquidos y electrolitos que se han perdido.
Es importante tomar agua, pero también recuperar los electrolitos perdidos, por lo que no sólo debemos tomar agua si no también zumos, frutas y verduras. También hay soluciones de rehidratación para adultos y niños que pueden comprarse sin receta.
Los casos graves pueden tratarse con líquidos intravenosos en un hospital.
Qué hacer para prevenir la deshidratación
La clave para prevenir la deshidratación es tomar suficientes líquidos a lo largo del día:
- Toma suficiente agua todos los días. Las necesidades de cada persona pueden ser diferentes dependiendo del grado de actividad, la edad y otros factores. Puedes preguntar a un profesional sanitario especializado.
- Si haces ejercicio en épocas de más calor, perderás muchos minerales en el sudor por lo que es importante que te rehidrates con más frecuencia antes, durante y después de la actividad que realices.
- Evita las bebidas que contengan azúcar y cafeína.
- Bebe líquidos con electrolitos cuando haga calor o cuando estés enfermo.
¡No olvides hidratarte con frecuencia a lo largo del día, sobre todo en épocas de calor y mientras realizas ejercicio!
#Saluteca
Fuentes: Biblioteca Nacional de Medicina de los EE.UU. y Fundación Española del Corazón.